Realizada el domingo, 10 de septiembre de 2017, dentro de la programación de las Fiestas de la Virgen de la Probe, en La Foz de Morcín.
La organización de las fiestas de la Probe, en La Foz de Morcín, corre a cargo de la Hermandad de la Probe y se celebran en honor de su patrona “la Virgen de la Probe” en torno al 8 de septiembre. Desarrolladas en el año 2017, los días 9, 10, 11 y 16, y dentro de su programa festivo, el domingo día 10 se ha celebrado la XXIX Feria de los quesos artesanos de Asturias, en la que entre sus actividades se encontraba la preparación de la “Mayor tosta de quesos artesanos del mundo”.
Tosta, de la que se ha batido un nuevo récord en su séptima edición, y que tiene como peculiar instrumento para su elaboración el Argadiellu. Aparato móvil ideado por José Ángel Guerra y José Manuel Bardío, miembros de la Hermandad, inspirado en las salamandras o tostadoras de pan.
El “Argadiellu de la gran tosta” consta de 0,80 centímetros de longitud, tiene una potencia de 4.500 watios y está compuesto de hierro, madera y manta de lana de roca, contando con una serie de resistencias que hay que controlar para su funcionamiento correcto, en su construcción han tardado poco más de 6 horas.
Siendo realizada para esta edición, una réplica del mismo, para poder realizar la tosta desde sus dos extremos.
Para su realización, la Hermandad ha contado de nuevo con la complicidad de los queseros que acuden a la Feria, diez en esta edición, y de las sidrerías Tierra Astur, con su jefe de cocina, Francisco Botas dirigiendo el equipo y el equipo de Spelpastur. Realizándose toda la infraestructura, montaje y preparativos, en el espacio existente entre el polideportivo de la localidad y el río Riosa, por parte de miembros de la Hermandad y del equipo desplazado por las sidrerías.
En la larga hilera de mesas unidas, se repartieron los 76 kilos de pan, más de 40 de quesos de las variedades expuestas para la venta en la Feria, los 15 kilos de tomate, 400 gramos de ajo, 650 cl de aceite, 36 cl de vinagre, azúcar y sal.
Elaborando con ellos una tosta de 72 metros de longitud, que batió de nuevo el récord de la misma, que comenzó el año 2011 con una elaboración de 20 metros y 40 centímetros, y que en la edición anterior había alcanzado los 70 metros y 40 centímetros.
Nuevo éxito de la organización y sus colaboradores en esta séptima edición, con nuevo récord alcanzado, que como dice el cartel anunciador es susceptible de figurar en el “Guinness Word Records”. El alto coste de registro –más de seis mil euros- fijado por la organización creada en 1951 por Sir Hugh Beaver, es la causante de que aún no esté registrada.
OBSERVACIONES: Texto y fotografías de Luis Javier Del Valle Vega (www.dendecaguelu.com)
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